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Escrito para Historias de Cuarentena. Equipo de escritores colombianos.
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Hace tan solo unos cuantos días, estaba con mi vida a millón por hora, recorriendo la ciudad a toda carrera, con prisa para llegar al trabajo, con prisa para alcanzar a ir a almorzar con mi familia, con prisa para volver al trabajo y finalmente con prisa al terminar la tarde para regresar a casa y por fin descansar de la carrera de todo el día. Así van pasando no solo unos cuantos días, sino meses, años … Así va pasando la vida frente a nuestros ojos.
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Seguimos en cuarentena.
Hay momentos en los que me paro en frente de la ventana, miro hacia la calle vacía, suspiro profundo, me lleno de sentimiento y no puedo evitar decir: ¡Manizales te extraño!
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- Extraño caminar tranquila por las calles, sonreír con quienes pasan al lado y saludar de abrazo a todas las personas conocidas que me encuentro en el camino; cada una con una historia diferente. Extraño saber de sus mundos sin cuarentena, de sus mundos sin virus.
- Extraño decidir a que lugar ir a tomarme un buen café y extraño aún más variar de lugar porque siempre quiero conocer uno nuevo. Pero también extraño ir a uno de mis cafés preferidos, sentarme a tomar el sol de la mañana e inspirarme para escribir allí mis aventuras y que sin darme cuenta pasen las horas.
- Extraño tanto ver el colorido del atardecer y cada día encontrarme con una obra de arte diferente en el cielo, sin importar donde esté.
- Extraño los días de neblina espesa en el centro o en Chipre y caminar entre ella tratando de descubrir lo que me encontraré unos metros más adelante, porque así es Manizales, sorprendente.
- Extraño encontrarme con mi familia, almorzar juntos y rotar las casas para esos encuentros. Jugar sin prejuicios, sin miedo de un contagio.
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- Extraño tomar el carro y viajar por las carreteras a veces sin rumbo, solo a donde me lleve la vía, con libertad, sintiendo el aire que acaricia mi piel, cantando la música que me gusta y disfrutando de un día de sol. O tomar un bus desde el terminal porque mientras descanso llego a lugares nuevos por descubrir. O partir desde el aeropuerto la Nubia emocionada por alguna aventura que viene en camino. Extraño ver a Manizales desde el aire, desde la vía, desde alguna montaña y estar feliz porque se que será solo por unos días porque siempre regreso a mi Manizales del alma.
- Extraño pensar en que antojo tengo para comer y simplemente ir al lugar, sin tener que hacer una desinfección obsesiva.
- Extraño esas conversaciones de semáforo, comprarle las frutas a mi amigo Edwin y compartir unos instantes con el mundo de quienes están allí.
- Extraño tanto ver la luna. ¡Ah, si que la extraño!
- Extraño los eventos culturales de la ciudad, tener plan cada noche para aprender algo nuevo y conocer otros amantes a la cultura.
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Extraño esa simpleza de esos días que antes pensaba eran tan agitados, pero que aún así tenían su magia.
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Podría quedarme haciendo una interminable lista de todo lo que extraño, porque cada día que pasa me doy cuenta de algo adicional; de lo mágica que es la vida en Manizales, de su gente amable y aunque no es necesario, nuevamente reconfirmo por qué Manizales ha sido calificada como la mejor ciudad para vivir de Colombia.
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No sé si esto solo me pasa a mi. Cuéntame ¿Tú qué extrañas de Manizales?
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3 comentarios
Claro que extrañamos salir tranquilos por nuestras ciudades pero sobre todo extrañamos poder abrazar a nuestros seres queridos un abrazo
Si, los abrazos son sanadores y más de nuestros seres queridos. Abrazos para ti
Maravillosos escritos, nostalgia.