Por muchos años he escuchado acerca de CouchSurfing app, una aplicación en la que se encuentra hospedaje en cualquier lugar del mundo completamente gratis, ya que su comunidad de viajeros inscritos ofrece su casa para que otros viajeros se queden allí;  así cuando ellos viajen buscarán también otros viajeros que reciban visitantes. El único compromiso es que este servicio es completamente gratis,  lo que garantiza vivir una experiencia única.

Generalmente viajo sola, así que cuando lo hago me hospedo en hoteles, en hostales con habitación privada o donde algún amigo o familiar; pero ahora estando en México, un amigo y fotógrafo mexicano, me invitó a la feria de la Guelaguetza en Oaxaca y yo tomé la decisión de ir en el último minuto. Al ser una de las principales ferias de todo México, la ciudad ya estaba llena, por lo que mi amigo me ofreció la opción de CouchSurfing app, a la cual accedí.

Tome el bus y 12 horas después estaba en Oaxaca, México. Llegué al amanecer.  La casa donde me hospedaría estaba ubicada en un barrio colorido, típico, con calles empedradas. Esto ya me indicaba que era el lugar ideal para quedarme.

La anfitriona me recibió y me indicó el lugar para dormir. Había más viajeros de otros países: Irán, Inglaterra, Perú, Usa, México y yo, la colombiana.  Este intercambio cultural hizo que toda esta aventura fuera aún más divertida y cada vez que salíamos más viajeros se unían a esta gran comunidad, como si hubiésemos tenido una cita para conocernos todos allí.

 

A partir de ese momento ya no viajaba sola.



Todos nos unimos para disfrutar de las fiestas y de explorar Oaxaca. Mi amigo, el fotógrafo Sinuhé, era quien lideraba y hacía posible toda esta diversidad. Un enamorado de su tierra que con el único interés de dar a conocer lo hermoso de Oaxaca, nos reunía a todos.

Cuando viajamos y nos quedamos en hotel nos perdemos de esa diversión, de la magia de conocer otras personas de diferentes partes del mundo, de compartir, de contar historias. En un hotel cada uno está por su lado, la privacidad es lo más importante y nadie quiere hablar con nadie. Nos sentamos en una mesa solos a desayunar, a almorzar, a cenar, esa es la vida que se vive en un hotel.

Cuando nos quedamos en un hostal, es más fácil compartir con otras personas, sobresale el espíritu aventurero, abierto y divertido. Aún así existe el espacio para que cada uno decida su camino.

Ahora, después de haber vivido la experiencia con CouchSurfing app,  entiendo que es el amor por los viajes lo que nos une a todos y esa comunidad desinteresada, sin ánimo de lucro,  que se crea alrededor de los viajes, busca sólo ese compartir, para despertar y tomarnos un café, para salir a desayunar en compañía escuchando diferentes historias de viaje, para descubrir nuevos lugares juntos, para aprender, para enseñarnos, para hablar en diferentes idiomas, para aprender nuevas palabras y conocer otros puntos de vista.

Es la posibilidad de vivir todo esto sin un intercambio de moneda, sólo intercambio de aventuras, de buenos deseos, de corazón.

Y ¿Luego que viene? La despedida porque cada uno continúa de nuevo su camino.

Por fortuna la experiencia fue maravillosa. Unos días después de este viaje mi diccionario se enriqueció y llevo en mi corazón varias de las personas que conocí.

Esa es la magia de viajar: entender que no somos los únicos y que nuestra verdad,  no es la verdad absoluta, hay miles de versiones más y todas tan válidas como la nuestra.

Gracias a CouchSurfing app y a mi amigo Sinuhé, lo que iba a invertir en hospedaje, lo invertí en vivir grandes aventuras con otros viajeros del mundo.

Seguiré descubriendo México y otros lugares con CouchSurfing app.

Datos de interés:

https://www.couchsurfing.com/

 
Bi Higuera Viajera.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *