Alguna vez se han preguntado: ¿Cómo fueron los pueblos de nuestros antepasados? ¿Cómo sería la vida sin carros, motos, sin las avenidas o calles que hoy día conocemos?
Devolverse en el tiempo es posible, si viaja a Puerto Nariño, Amazonas. Un pueblo rodeado de espesa selva verde y sin tan solo 1 vehículo transitando. Sus calles son 100% peatonales.
Ya han pasado dos días desde que partimos de Leticia, Amazonas, navegando en el Hipimóvil. A paso lento vivimos un recorrido lleno de aventuras, compartiendo con las comunidades indígenas y con toda la vida que tiene el río, la selva y así, mientras transcurre el tiempo despacio, soñaba con algún día escribir historias de viajes para almas viajeras, que como yo quieren descubrir el mundo y mientras tanto, en el camino, ir descubriendo quienes somos. (Sueña)
El capitán Cristian de pronto disminuyó aún más la velocidad, se paró a un borde del hipimóvil y empezó a silbar, como haciendo un llamado a la selva. No sabíamos que pasaba, tal vez recogeríamos algún campesino para que nos vaya contando historias y leyendas; pensé. Cristian seguía silbando, esta vez más fuerte. Así que me levanté de la hamaca y fijé la mirada hacia donde el dirijía el silbido. Vi que algo se movía y que venía volando, a medida que se acercaba se hacía más grande hasta que aterrizó en el hipimóvil. Les presento a Lola, dijo el capitán. Una guacamaya azul con amarillo encendido que fue rescatada del tráfico de animales y que ahora volaba libre por su selva, pero que cuando escuchaba el llamado del capitán, salía desde donde estuviera para saludarle, como dándole las gracias por su rescate. Aún con su terrible vivencia con los humanos, se acercó a nosotros y nos acompañó un buen rato, hasta que decidió regresar a la selva. (Explora)
Dos días navegando nos ha llevado finalmente hasta Puerto Nariño. Un pueblo colorido y pintoresco donde el único medio de transporte son las piernas de cada uno, un lugar donde no se genera polución, CO2, donde el medio ambiente si importa, por eso su única vía de acceso es a través del río.
Las casas del pueblo las encontramos vestidas de la bandera tricolor. Colombia, lo llevan en el corazón.
Recorrer sus pequeñas calles caminando es encantador y para disfrutar de este recorrido qué mejor que ir probando los helados de diferentes frutas exóticas de la selva; vendidos en las tiendas que estan en el interior de las casas de algunos de sus habitantes.
En Puerto Nariño resalta por su altura un mirador al que se puede acceder facilmente. Desde allí ver al finalizar el día el sol que cae sobre el río, un espejo que refleja todo el colorido del cielo y la neblina entrelazada en los arboles verdes de esta espesa selva, es un evento natural que deja asombrado a cualquiera. La grandeza de la tierra que rodea este lugar y la inmensidad del rio roban el aliento una y otra vez. (Descubre)
Para nuestra fortuna, ese día estaban en el ensayo de un desfile que se realizaría en el pueblo, así que la banda infantil, recorría las angostas calles formados de a 2 y tocando sus instrumentos musicales, mientras las niñas con sus faldas largas y coloridas como de cumbia, danzaban y hacían hondas en sus vestidos jugando con el viento.
Para muchos, el plan de navegar el rio Amazonas en el hipimóvil puede ser una aventura de locos, otros pensarán: eso jamás lo haré. Para estas personas y para quienes si nos atrevemos, dejo aquí una de mis frases preferidas:
“Dentro de 20 años te arrepentirás mas de las cosas que no hiciste que de las que sí llegaste a hacer. Así que suelta amarras. Sal a todo trapo de la seguridad de esta bahía. Hincha tus velas con vientos de cambio, EXPLORA, SUEÑA, DESCUBRE” – Mark Twain.
No importa el orden de las palabras, que estas sean la inspiración para vivir la aventura que llega.
Feliz 2019
Datos importantes:
Plan en el Hipimóvil y hospedaje en hipilandia:
www.Hipilandia.com
@Bihiguera
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Gracias Bihiguer por permitirnos volar y conocer estos lindos paisajes de nuestra maravillosa Colombia, FELICITACIONES